Ovidio, uno de los más grandes poetas de la literatura latina, relata en
sus "Metamorfosis" historias míticas en las que los protagonistas se
transforman en árboles, animales, rocas... Durante siglos, su obra ha
sido un referente de la mitología y una fuente de inspiración para
pintores, escultores, escritores y músicos.
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Antes de leer, investigaremos sobre la vida de Ovidio, uno de los
grandes poetas latinos, cuya vida y obra estuvo llena de amores.
Incidiremos en el tramo final de su vida, que pasó en el exilio por
orden de Augusto, aunque es un misterio el hecho que motivó tal
decisión. Animar a los alumnos a que propongan, con la información
recabada, una posible razón para la decisión del emperador.
- Después de leer, entre todos se escogerá uno de los mitos
narrados en el libro y se adaptará para dramatizarlo en clase. Entre
todos se podría crear el vestuario, la ambientación, etc.
- Para finalizar, que cada lector escoja la metamorfosis mítica
que más le haya gustado y pruebe a reescribirla, pero situándola en un
contexto actual y en un entorno cercano, como el colegio o el barrio.
Después, que la lean en voz alta en clase.
Ovidio
La vida de Publio Ovidio Nasón transcurrió a caballo entre los
años anteriores a nuestra era y el comienzo de esta. Nació en Sulmona,
una pequeña ciudad de provincias, pero se trasladó a Roma cuando aún era
un niño, para recibir la educación adecuada a su posición económica y
social. No siguió, sin embargo, la carrera política ni la profesión
jurídica, frecuentes entre los jóvenes de su clase, sino que se sintió
atraído por la poesía y dedicó su vida a escribir y a recitar sus obras
ante el público. Con ello consiguió reconocimiento social y una posición
económica desahogada. Sin embargo, un hecho inesperado vino a marcar el
final de su vida. En el año 8 d. C., por orden del emperador Augusto,
fue desterrado a una lejana provincia del mar Negro, a la actual
Constanza, en Rumanía, aunque su familia y sus bienes fueron respetados,
circunstancia que no solía ser frecuente en la época. Aún hoy
desconocemos con exactitud las razones que provocaron la ira del
emperador y motivaron el destierro del poeta, a pesar de que el propio
Ovidio, siempre con profunda amargura, se refiere a él en sus últimas
obras. Nunca llegó a obtener el perdón de Augusto. Murió en el destierro
en el año 13 de nuestra era, añorando la vida de Roma y el ambiente
literario del que se veía privado.
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